Por primera vez en estas cartas tengo la sensación de que es importante acertar. Hemos llegado al último capítulo, nos hemos conocido bien, ha sido bonito mientras ha durado. NO, No, no, no es eso, no ha sido. Es! Es bonito mientras está durando... Es bonito al margen del tiempo.
Agárrate ahí, agárrate fuerte, vamos a experimentar la separación, la muerte epistolar, pero no sufras, déjame ir a mi modo. "Yo muero como viví" decía Silvio Rodríguez. Déja que nos separemos de la misma forma en que nos juntamos.
Escucha el rumor de la cascada, observa la espuma sobre el agua, huele el aire húmedo que anuncia el mar. Sé feliz.
Una vez más te pido que te sitúes aquí en el presente, no lo rehuyas, no escapes, no cierres los ojos, relájate, ahora viene el momento más importante de nuestra relación, de nuestra vida juntos. Es el momento trascendente de la última despedida, del último beso. Te Quiero.
Si, déjame marchar con esa frase en los labios, la he utilizado con medida a lo largo de estas cartas pero ahora ya he perdido el miedo a que se me gaste, o a que suene vacía mientras no me escuchas.
Oye! Ya se que es difícil pero te estoy anunciando la muerte, la muerte inmediata. Ya mismo, en presente, en los próximos minutos. ¿La tuya o la mía? La nuestra, la de nuestra relación.
Hoy he estado con un jugador de ajedrez empeñado en comparar la vida laboral con una partida en la que se gestiona el tiempo y se termina con la victoria sobre el enemigo, con jaque mate al Rey.
Si he sido capaz de despertar tu deseo de aprender ya sabrás que no me molesta ver la vida de una nueva forma antes de dejarte, pero el jugador de ajedrez ve demasiadas películas, demasiada televisión y siempre juega entre la presión del tiempo y la del contrario.
Yo también juego al ajedrez, sin reloj y sin contrario. Yo juego con los amigos o frente a un autómata. Ese ajedrez está absoluta y literalmente fuera del tiempo. No, hay ningún reloj a la vista y nadie va a pensar en el tiempo hasta que se acabe la partida.
El objetivo de mi juego no es ganar al contrario, sino jugar con el amigo. No importa el vencedor si la jugada causa satisfacción. Tanto es así que en muchas ocasiones Nacho y yo giramos el tablero a media partida para que el resultado sea mas brillante ..
La vida es como una partida de ajedrez, una partida muy particular porque siempre, siempre, siempre, termina en tablas, y casi siempre horizontales ... !
El momento de decidir las tablas es un momento crucial, es el último momento. La partida termina inexorablemente. No es posible vencer, no se puede dar mate al enemigo y en un instante suclede algo maravilloso.
Los jugadores se levantan, estrechan,sus manos, se relajan sonrientes y arremangandose la camisa inician una animada charla mientras llevan un sorbo a sus labios. ¿Qué ha ocurrido? ¿De qué hablan? Si has jugado alguna vez con un amigo, ya lo sabes. Hablan de la partida, hablan de la vida. No se centran en una jugada concreta, ni en un momento de la lucha. Desgranan la partida de una sola vez. Toda, desde la preparación hasta el último apretón de manos. Es el momento en que se descubre el secreto. Esa secreta jugada que ambos conocían y ninguno de los dos pensó que el otro pudiera haber visto.
Eso es lo que pasará en cuanto yo muera para ti. En ese momento la sinceridad fluye sin obstáculo. La vida se ve de un solo golpe, mejor de un solo sorbo. No es el momento de criticar, ni de arrepentirse de lo hecho. Es el momento de extasiarse ante la maravillosa imagen de una vida concluida y de descubrirle el sentido.
Irene me decía después de las primeras cartas "Y todo eso a dónde va", "No terminas de explicarlo"...
Traslada tu mente a Cuba y escucha a mi amigo Silvio
A dónde van las palabras que no se quedaron
A dónde van las miradas que un día partieron
acaso flotan eternas
como prisioneras de un ventarrón
Por dónde están las angustias
que desde tus ojos, saltaron por mí
A dónde van ahora mismo estos cuerpos
que no puedo nunca dejar de alumbrar
acaso nunca vuelven a ser árbol
A dónde van las miradas que un día partieron
acaso flotan eternas
como prisioneras de un ventarrón
Por dónde están las angustias
que desde tus ojos, saltaron por mí
A dónde van ahora mismo estos cuerpos
que no puedo nunca dejar de alumbrar
acaso nunca vuelven a ser árbol
Si deseas saber alguna cosa más, algo que no te he contado, hazme caso, escucha a los poetas y descubrirás porque río camino al cementerio.
¿Cual es el sentido de esas cartas extrañas?
¿Cual es el sentido de esa extraña vida?
Jamás podrás descubrirlo mientras sigas inmerso entre los árboles que no te dejan ver el bosque. No podrás encontrar sentido a esas cartas hasta que hayas dejado de leerlas.
Cuando mi ausencia te lleve a la orilla del mar y espires el aire con el que yo expiré sentirás... seguirás sintiendo... y descubrirás como el gato, que la felicidad ha estado siempre sobre tu cola... sobre la barca ... sobre esa "i".
Todo lo que necesitas está en ti.
Dice Pablo que "la vida no vale nada si no es para perecer porque otros puedan tener lo que uno disfruta y ama".
Lo que has leído es lo que yo disfruto y amo.
Quizás pueda parecer que estoy jugando a ser Dios. Sin duda estoy pensando en confundirme con Él en cuanto acabe esta hoja.
Sé feliz.