Todos los que quieren y saben, pueden sumar abstenciones, blancos, nulos, animalistas, piratas, y toda la riqueza de opiniones incluidas las que se van a sentar en el Parlamento con el compromiso de cumplir su programa y el de hacerlo con todos, independientemente de lo que hayan votado, como un solo pueblo.
Los otros que no quieren o no saben, pueden hacer sus interpretaciones o declaraciones de noche electoral (creo que alguna se hizo después de tomar demasiado cava), o de tertulia interesada en llevar el agua a su molino, pero todo esto es vanidad de vanidades y pacerse de viento.
Ahora nos toca trabajar, cada uno a lo suyo, sonreír al vecino y generar riqueza, invertir talento y sumar esfuerzos, no para España o para Catalunya o para el partido que haya votado cada uno, si no para ti, para tu entorno, para que la sociedad en la que vives se parezca a aquel mundo en el que te gustaría vivir.
El ruido de las elecciones nos ha escondido dos noticias; las tristes hazañas bélicas de Europa en Oriente medio; y los indudables avances de la sociedad en aras del respeto a los derechos de los animales.
Hay un tiempo para cada cosa, y ahora toca trabajar.